Sin saber muy bien cómo, mi madre me llevo hasta lo más alto, consiguiendo que Doña Amalia y Don Cosme me brindaran la oportunidad de bailar en el marco de la XVI Bienal de Flamenco de Sevilla.
Y ese día tan especial y tan inolvidable para mi se vió completado con esta carta que recibí justo antes de subirme al escenario del Teatro Central de Sevilla...:
“Srta. Estrella Jiménez:
He asistido con enorme interés y sorpresa a la representación de “La gloria de mi mare” en el teatro Central de Sevilla esta noche del veinticuatro de septiembre de dos mil diez.
Tú no me conoces, porque mi relación con Gloria, tu querida madre, fue hace muchos años. Circunstancias de la vida nos separaron y no pude darte mis apellidos y, lo que es peor, disfrutar de tu niñez. Pero siempre soñé que te llevaba diariamente al conservatorio de Sevilla para que te hicieses una artista.
Tu madre era y es una gran mujer, pero yo estaba casado con mi Felisa y tenía dos hijos. A Felisa la conoces porque te ha hecho MUCHOS trajes para tus espectáculos y te quiere como a su propia hija. Hoy conocerás a tus hermanos.
Esta noche, me he dado cuenta de lo que vales; de lo bien que te ha cuidado y educado Gloria; de los amigos de los que te has rodeado. He disfrutado, reído y hasta llorado, viéndote en el escenario.
A Gloria no le hagas mucho caso. Así son las madres en la ficción y en la vida real. Los padres no podemos demostrarlo tanto, pero, en el fondo, somos Gloria.
Un abrazo de tu padre. Estoy orgulloso de ti. En adelante, en la ficción, cuenta con un padre, aunque Gloria no me acepte y yo esté casado en la realidad con tu verdadera madre y tenga otros dos hijos".
Antonio Pérez
Antonio Pérez
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