Cómo llovía ese 19 de noviembre. El día era para estar en casa calentita pero allá que íbamos camino de tierras granaínas. Después de esa parada en Río Frío para comer, continamos nuestro camino hasta Albolote. Nos llevamos un sustito que al final todo quedó en anecdota afortunadamente. De repente no pudimos frenar a tiempo nuestros burros y chocamos con el carro de adelante que se paró de repente. Con la lluvia los pobres animales patinaron y afortunadamente nuestro carro no volcó. Curiosamente ocurrió a la altura de la localidad de Peligro. Mi madre dice que hasta que no retiren ese pueblo más lejos que no vuelve a ir. Esa noche tuvimos que empezar la función media hora más tarde. Aún así, todo salió muy bien. Sólo nos quedaba compartir con Don Cosme y Doña Amalia un momento así. Temí por la salud de mi madre pues padece de dolores pero afortunadamente está muy bien.
Y como no podía ser de otra forma os dejo el típico saludito de mi mama, que no sé cómo pudo hacerlo ese día con tanto arte:
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